Sierras por la tarde, 2012. 9,2 x 7,1 cm. Acuarela sobre papel Shoeller.
Respiros suaves del aire
Entramos en el cuarto de una dulce abuela ausente, una niña traviesa que se aventuran en un bosque, las piedras son escalones, las ramas construyen el fuego. Silencio.
Mumi hurga en la naturaleza, la niña inquieta explora el verde y la piedra, el agua y la madera, en cada elemento reconstruye su historia, la edad donde la curiosidad respira en la cara. La niña siente el viento lo sigue con su pasos, recorre el mundo con la inocencia encendida. Construye su casa, su hogar, busca el secreto que esconde el bosque , enciende un fuego para cercar su mundo y espantar el miedo en la negrura del cielo. Crecer en la aventura, en el juego y la labor.
Los dibujos de Lucia nos sumergen en una atmósfera de levedad fresca. Se siente el olor a madera y quizá un suave sonido del agua, las chispas del fuego nos pueden casi rozar la cara. Las mejillas se vuelven rosadas. La gata, Mumi, nos mira simpática; acompaña la soledad de la infancia casi como un felino manso y salvaje que defiende los espacios que la nena explora. Una mochila y caminata, llega la noche.
Estamos imbuidos en una suave turbulencia los sueños develan pequeños caos y faunas recreadas. En los sueños volamos, la oscuridad revela las formas de otros modos, los techos de la casa recrean la veta de la madera en formas extrañas, insectos y ramas, cortezas de árbol dibujan el hogar. ¿Lucía es la niña? Junto a Mumi su fiel testigo protagonizan estas escenas donde el relato nos acompaña a mojar los pies en un arroyo, pisar las piedras tibias al sol, mirar la naturaleza con ternura, juntar la leña para un fogón de campamento e iluminar pequeños fragmentos del mundo de estos personajes.
Txt.: Julia Dron. Publicado en la web de Ramona.
¡Muchas gracias a Julia por este hermoso texto!
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